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SHA Magazine Salud y belleza

La relación entre el estrés y los problemas digestivos

SHA Wellness Clinic
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23 de diciembre de 2022
El cerebro y el intestino están estrechamente relacionados. Por eso, la salud digestiva no depende solo de la dieta, sino también de una correcta gestión emocional.

La microbiota intestinal es el conjunto formado por billones de bacterias, hongos, levaduras, fagos y otros microorganismos vivos que habitan en el tracto gastrointestinal y que se relacionan de manera bidireccional con los diferentes sistemas y órganos del cuerpo. De ahí que mantener su equilibrio y una biodiversidad alta sea indispensable para disfrutar de un estado óptimo de salud y bienestar.  

Como nos cuenta Ana Mayor, experta en Salud Digestiva de SHA Wellness Clinic, “al intestino se le conoce como el segundo cerebro porque alberga millones de neuronas que interactúan constantemente con los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso central y porque mantiene una comunicación bidireccional con el cerebro. Determinadas bacterias que forman parte de la microbiota intestinal producen neurotransmisores que actúan como segundos mensajeros en el cerebro y que regulan el estado de ánimo y las funciones cognitivas”. Esa es una de las razones por las que una situación estresante o que nos produce angustia o ansiedad puede manifestarse con malestar estomacal. 

Por el eje intestino-cerebro (conocido en inglés como el gut-brain axis) viajan neurotransmisores y señales endocrinológicas que conectan los dos órganos y que explican la relación entre la microbiota intestinal y la memoria, el aprendizaje, la ansiedad, el estrés, los trastornos neurodegenerativos o el neurodesarrollo. Como explica Ana, “el estado de la microbiota influye en el buen funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso central, pero también existen señales en la otra dirección. Así, el estrés tiene un impacto muy negativo en la estabilidad de los microorganismos que viven en nuestro intestino y, a su vez, la microbiota intestinal condiciona la respuesta al estrés y las secuelas que lleva asociadas”. 

Para evitar que una mala gestión emocional derive en problemas digestivos, como el estreñimiento, la acidez estomacal o el colon irritable, la mejor opción es cuidar de nuestra microbiota intestinal. Para ello, incluye en tu dieta alimentos prebióticos y probióticos, haz ejercicio físico de manera regular, trata de seguir una buena higiene del sueño todas las noches y práctica disciplinas mindfulness, como el yoga o la respiración consciente, que te ayudarán a gestionar el estrés y la ansiedad y, por tanto, a mantener la microbiota intestinal saludable y equilibrada 

 

Si quieres saber más sobre la relación entre las emociones y la salud digestiva, pincha aquí 

 

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