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SHA Magazine Nutrición saludable

La Nutrición bajo Lupa – Parte IV

SHA Wellness Clinic
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19 de julio de 2019

La teoría de la relatividad y el aguacate

Cuanto antes dejemos de pensar en alimentos no refinados y no procesados que vienen directamente de la naturaleza como alimentos «buenos» o «malos», más fácil será entender cómo comer.

Un aguacate, por sí mismo, no es ni bueno ni malo. Sólo tiene un perfil nutricional que es, o no, adecuado para un clima, una persona o una condición particular. ¿Cuándo comeremos el aguacate? ¿En verano en España o en invierno en Finlandia? ¿La persona que lo está comiendo es alguien muy friolero o es propenso sentir calor? ¿Sufren de reflujo o digestión fuerte?

Debemos comprender las cualidades energéticas de los alimentos y aplicar ese conocimiento a lo que comemos. Puede parecer difícil, pero no lo es, si elegimos los alimentos que la naturaleza nos ofrece cada mes.

Grasas buenas y grasas malas

Las grasas pueden ser saturadas o no saturadas. No es que sean buenas o malas, ya que ambas son necesarias en las cantidades y proporciones correctas, para disfrutar de una vida activa y saludable. Deberíamos comer menos grasas saturadas que grasas no saturadas. Podemos hacerlo minimizando o evitando la mantequilla, los productos lácteos, las carnes, el aceite de palma, el aceite de coco, que son sólidos a temperatura ambiente, en favor de las grasas no saturadas, como los aceites de oliva, sésamo, semillas o nueces.

Otra buena razón para evitar las grasas saturadas, especialmente de origen animal, es evitar las toxinas que se acumulan en ellas a lo largo de la vida de los animales.

El consumo de aceite vegetal debe ser equilibrado para obtener las cantidades correctas de omega-3 y omega-6. Esto es fácil si consumimos cantidades moderadas de aceites de oliva o sésamo todos los días y algunos frutos secos.

La calidad del aceite es especialmente importante. Siempre debe ser orgánico, prensado en frío y sólo desde el primer prensado, ya que los que se obtienen por otros medios, como por ejemplo a través de tratamientos auditivos o químicos, dañan el producto y pueden ser nocivos.

Peces: Pequeños, salvajes y no demasiado

Si incluimos el pescado en nuestra dieta, lo ideal sería que se tratara de especies pequeñas y capturadas de forma silvestre. De esta manera evitamos consumir los metales pesados y las toxinas que se acumulan en los peces depredadores de mayor tamaño y en los peces de piscifactoría. También hay otras formas de eliminar estos metales pesados. La ingesta de pescado también debe ser moderada: no más de una vez al día.

 

Continuará…

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